Hoy he visto en una web online de
venta de material deportivo una playera que tenemos en Solorunners a un precio
inferior a nuestro coste. Buceando un poco por la red, he visto unos pocos casos más
del mismo tipo y, por normal general, el coste final para el cliente en la
mayoría de artículos era algo inferior al nuestro.
Ante todo, esto no es una crítica
a dichos comercios, de hecho, eso no quiere decir que nosotros mismos no
tengamos algún día tienda online, al contrario, nos encantaría, pues son muchos
los amigos de otras islas que nos piden ese servicio. Simplemente, sería un
añadido.
“Precios imbatibles…compra al
mejor precio…” y frases similares puedes encontrar en cuestión de segundos en
decenas de páginas de internet de calzado deportivo.
Ya era así antes de decidirnos a
abrir Solorunners. Por lo cual ni me quejo ni casi que me molesta. Es más, creo
que nos diferencia. Y me explico:
Nunca he visto al Señor Wiggle
animando a los corredores que confían en tus productos un sábado lluvioso a las
8 de la mañana en una montaña perdida. Ni tampoco preguntándoles que tal les
fue la última carrera o que reto se están preparando. Ni he visto al Señor
Wiggle explicándole a un corredor que
playera le puede venir mejor, preguntándole si se ha lesionado recientemente,
su peso, su forma de correr, el uso que les va a dar, mirando la suela de la
anterior… Tampoco felicitándole por sus resultados o mirando en internet como
ha quedado en la carrera el cliente amigo que estrenaba playeras ese día. Ni
mucho menos, he visto al Señor Wiggle exigiendo mejoras en algunos parques de
la ciudad, con una "jose" (hoz en la península) recuperando un camino perdido, donando zapatillas o ayudando a carreras modestas a salir adelante.
Lamentablemente, los impuestos que pague el Señor Wiggle tampoco se van a
dirigir a tales causas.
Pero, sobre todas las cosas, el
Señor Wiggle nunca verá la cara de ilusión de un corredor que afronta su
primera ultra, o de un novel que viene con miles de preguntas porque se ha
apuntado a su primera carrera, o escuchar a una señora decir que ya no le
duelen los pies gracias a la playera que le has recomendado, o a otro chico que
viene a darte las gracias porque los geles le sentaron genial en su maratón y
bajó su tiempo.
Afortunadamente eso lo vivimos a
diario nosotros, como también Quique en Running Project o Fernando en Arista.
Y por eso abrimos un día tras
otro, porque somos corredores, nos lo pasamos pipa, nos encanta nuestro trabajo
y ver a corredores cumpliendo retos y sueños. Y mientras eso sea así y sepamos
transmitirlo, estoy seguro de que a cualquiera le compensará la pequeña
diferencia, porque, realmente…no hay comparación entre un trato cercano,
amigable y personalizado donde palpar el producto, hablar del mundillo y hasta
tomar un café a la fría pantalla del PC.