viernes, 18 de octubre de 2024

Crónica de El Camino de Santiago

 Crónica del Camino De Santiago.


Desde hace años siempre tuve la ilusión de hacer el Camino de Santiago en solitario. No se muy bien por qué. ¿Motivos espirituales? No. ¿Religiosos? No. ¿Deportivos? Tampoco. Creo que por serenar la mente haciendo algo que me relaja mucho y me da perspectiva: Caminar sin más.


Este año se alinearon los astros y me lancé a la aventura.


Antes de empezar: Hice el “Camino Disney”, “Camino de SanVago” que lo llaman los más puristas. Luego te cuento exactamente por qué, si me arrepiento y lo que pienso al respecto.


Voy a tratar de hacer una línea temporal de los hechos, así que vamos a ello:


Lunes: 6:30h. Mi padre me lleva al aeropuerto. Desayunamos en el Carrizal y para Gando. Vuelo perfecto, de ahí me esperan 3 guaguas: Aeropuerto-Santiago. Santiago-Lugo. Lugo-Sarria. Llego a Sarria a media tarde después de casi 3 horas de avión y otras tantas en guagua. Me doy un paseo buscando el inicio del camino y no veo las típicas flechitas por ningún lado. Hasta que doy con ellas. Cenita y a la cama. Aquí duermo en una vivienda vacacional que tengo para mi solito.

Start

Empezamos



Martes: Etapa Sarria Portomarin. 22Kilómetros.

Desayuno en una cafetería de especialidad llamada “Guayoyos” donde el café está delicioso.

El Rio Miño
Llegada a Portomarin 

El recorrido es muy bonito y se ve a mucha gente caminando. Esto es como ir a Teror el domingo de Las Marías (no tanto como El Pino) pero todos los días. La mayoría te dicen “Buen Camino”. Me llama la atención que los perros de las fincas pasan de todo, como los monos del zoo. Se conoce que están hartos de ver gente pasar. Hace fresquito pero no llueve. Salgo abrigado y paso calor. Primera etapa por tanto sin problemas que acabo en 4 horitas. Almuerzo en Restaurante Pérez, muy recomendable, por cierto, y duermo en el hotel Villajardín a orillas del Miño. Pueblito bastante bonito este de Portomarín, al que dedico la tarde paseando. Por la noche diluvia, hay mucho viento y según el tiempo, mañana va a seguir así.


Miércoles: Etapa Portomarín - Palas de Rei. 24,8km.
Salgo de noche y tarda en amanecer. Voy detrás de unos japoneses que me guían con su frontal hasta que se hace de día. Mucho viento. Mucha lluvia. Tanta que pasa hasta un sapo, jurado, sin ningún estaque/lago/rio cerca. Posiblemente el día de mi vida que más me he mojado. Así todo el rato. Voy empapado. Es lo que hay. "si chove que chova" dicen por allí, pues resignación. Poca gente comparado con ayer. Y los últimos kilómetros casi que voy solo. Alcantarillas reventadas, troncos en la carretera, da un poco de "yuyu". En una recta con viento en contra las gotas van de frente a la cara y hasta duelen. Como una tormenta de arena pero de agua. Además veo muchos taxis pasar. ¿Están haciendo el camino en taxi? Se me hace largo, de hecho por un momento dudo si dejé el pueblo atrás, pero no. Veo una pensión que pone check-in a las 13:30. Digo uff que putada como lleguen así de empapados. Pues el mío es a las 14. Salí 7:45 y llegué 12:30 a Palas de Rei, pueblo que te sonará porque es el de la publicidad de Greenpeace de Luis Zahera. Me deja la chica una toalla y paso al baño y me cambio de cintura para arriba. Pechito seco. Al móvil le entra agua y no carga. Encuentro un chino que tiene un cargador inalámbrico. Pero antes de comprarlo pruebo el mío y 4 horas después funciona. Igualmente les compro una linterna -error de novato, no llevar frontal-. Hoy almuerzo y ceno de supermercado, que no veo ningún sitio para comer que me motive. Me quedo en Pensión Casa Camiño, que cumple de sobra.

Jueves. Etapa Palas de Rei-Arzua. 28,5Km.

Salgo a las 8. Llego a las 2. Hoy más tranquilo. Desayuno en un albergue. Recorrido muy bonito. Bucólico. Parecido al sendero de La Llanía pero cruzando ríos. Paro en Melide donde me tomo un café de especialidad con leche riquísimo en Arraigos Café. Tiempo perfecto. Disfruté muchísimo la etapa. Posiblemente la etapa mas bonita de todas, y de las 3 que he hecho, agradezco que la de la tormenta fuese en la mas "feilla", o igual era bonita pero no me enteré de nada. De hecho me dicen que fue la tormenta más complicada de allí en los últimos 5 años. En Galicia, que te digan eso, que allí llueve hasta cuando hay ola de calor. Almuerzo en el restaurante Ultreia un menú riquísimo y dedico la tarde a pasear por el pueblo. Voy a romper el récord de pasos de WeWard esta semana, je je je. Duermo en Casa Costoya, que está de lujo.

Arzúa :)


Viernes. Etapa Arzúa - O Pino. 15 Km.

Salida 8:30. Quería salir a las 10 pero tampoco tenía nada mas que hacer en Arzúa. Voy caminando muy despacio porque la ruta hoy es corta, solo 15km. El sendero es bonito. Solo llueve un rato pese a que estaba anunciada lluvia. Llego al hotel O Pozo a las 11:30. En medio de la nada. ¿Qué hago aquí todo el día? Esta parada me sobra un poco, por lo que miro en booking opción de seguir hasta Santiago. Finalmente me quedé, y menos mal, porque buena parte de la tarde transcurre entre lluvia. Almuerzo en "O Cedeiro" la que dicen que es la mejor tortilla del camino. Estaba buenísima, creo que el título es merecido, pero tampoco probé las demás. Y los camareros te llamaban por tu nombre, me resultó un detalle bonito. Tarde algo durilla y larga en soledad. Me dedico a leer y a “ganduliar”, tampoco puedo pasear porque está lloviendo, aunque aproveché media horita y salí a dar un paseo por las inmediaciones.

Detalles del camino

Tortillaca rica

 

Sábado. Etapa O Pino - Santiago. 24km.

Empiezo a las 7:20, por lo que estoy una hora caminando de noche, los dos primeros kilómetros totalmente solo. Luego bastante gente. Sendero bonito al principio, luego ya casi todo asfalto. La camiseta de la UD no es cómoda para caminar, el cuello molesta, si es así, entiendo que para jugar al futbol tampoco. ¿A lo mejor por eso van últimos? Paso por el aeropuerto, me llama la atención que en una recta no hay valla de protección y podrías entrar en la misma pista, o igual no la vi, supongo, entiendo. Luego por el monte del Gozo. Los últimos metros son confusos, no está bien señalizados o no está señalizado directamente. Es curioso porque todo lo demás está perfectamente balizado, es casi imposible perderte. De hecho aunque quiten las señales, en cualquier cruce, solo tienes que mirar que sendero está más limpio y ese es, parece que los barren cada media hora. Impolutos. Normal, viven de eso. Llego a las 11:35. Sello la Compostela en un proceso muy ágil. Me siento en el Obradoiro y suenan campanas. Me dedico a contemplar a los peregrinos. Llegan muy emocionados, lloran, se abrazan. Yo estoy normal. No estoy emocionado ni contento ni feliz. No sé. Igual tenía muchas expectativas. No deportivas, porque no es comparable, pero me hacía ilusión hacer el camino...y veo que no me surtió el efecto que pensaba. Supongo que ya lo valoraré más adelante. Almuerzo en casa Manolo después de una larga lista de espera, pero tampoco tengo nada mejor que hacer y no tengo prisa. Estaba muy rico. Y petado. Paso la tarde para variar paseando por el casco histórico y tomando, como no, cafés de especialidad. Disfruté de los de Adelia Café y Mori Coffee. Recomendables. Luego me apunté a un entretenido Free Tour de Misterios del Camino de Santiago. Me quedo en el hotel Santa Clara, la recepcionista es una chica muy simpática con la que paso un buen y largo rato hablando.


Finisher, jaja


Domingo: Vuelta a casa temprano. 5:15. Nervioso por si no aparecía el transporte y se creía que era a las 5:15...de la tarde. Allí estaba puntual un Volkswagen ID6 con un chofer muy simpático. El avión no tardó nada, vino súper rápido, creo que es el vuelo -fuera de los interinsulares- que se me pasó más rápido en mi vida.


Y así terminó mi historia con el camino de Santiago, ahora unas reflexiones:

Restaurantes con mucha clientela no significa que estén llenos porque sean recomendables, sino que tienen tickets para grupos organizados. Como tienen clientela segura suelen tardar.

Le dices “buen camino” al mismo 4 veces.

Amanece tarde. 8 y algo. Cuando cambien la hora pues será una hora antes, claro.

Te despiertas sin despertador temprano del ruido que hace el resto.

Los sellos que te van poniendo en la credencial del peregrino son muy bonitos.

Aunque no estuviera marcado en caso de duda siempre por el camino que se vea limpio. Los tienen perfectos todo el año.

Ir en grupo tiene sus cosas buenas, seguro, y cuando llegas a Santiago disfrutas de haber llegado tu...y de que llegue el resto, porque “las mierdas” son compartidas, pero también sus malos rollos. Me crucé con varios diciendo “no vuelvo más con ellos, yo no los espero más”. En todos lado cuecen habas, jeje.

Te vas a ir cruzando con la misma gente todos los días, normal porque estás haciendo las mismas etapas que ellos, de esa forma ya me resultabas familiares y “bauticé” a Los Bondi (una pareja que iban ambos con Hoka Bondi), Chinito stop and go (un asiático que corría, se paraba, volvía a correr y así todo el rato), Runner tf (un chicharrero que estaba haciendo las etapas corriendo), Parejita fast (una pareja que iba a fondo), etc.

Peregrinos peregrinando


¿Y yo, hice amigos? Pues mira, parece que soy la primera persona que hace el camino que no, pero bueno, yo es que soy tímido e introvertido, y al no quedarme en albergues no haces roce, es normal supongo. Que tampoco iba yo en el plan de querer relacionarme mucho, pero todo el mundo dice “vas a conocer gente que serán amistades para siempre”...pues igual me perdí algo grande por ir de esa forma, no se. Tampoco estoy muy preocupado por eso.


Sombras perturbadoras

La polémica. ¿Camino purista o camino Disney?

Los puristas defienden un Camino de Santiago donde te vas quedando el albergues (sin contratar antes) de forma improvisada e ir cargando con tu mochila. Ese es el verdadero espíritu y esencia del camino. Dicen. Puedo entenderlo e incluso compartirlo. Cierto, llevando tus pertenencias la llegada a Santiago debe ser mas gratificante. Y seguro que aprendes a ir con lo mínimo y a descubrir que menos es más. Por supuesto, compartir las tardes con los demás debe ser muy bonito.

Repito, lo entiendo, lo comparto, me planteo volver y hacerlo de esa manera para vivir “la experiencia completa. Incluso puedo entender que no acepten otra forma de hacer el camino...pero ya no a los “talibanes” del Camino, es decir, a los que miran por encima del hombro o no son capaces de respetar al resto de usuarios diferentes por preferir pagar 4 euros diarios con el fin de quitarse la carga de la mochila de los hombros o querer descansar por la noche de forma individualizada.


Vivan y dejan vivir, que cada uno lo viva y lo haga de la manera que quiera mientras respeten al resto. ¿No? Como si quieren ir dándose latigazos.


Y eso es todo, lo dicho, que me gustaría repetir en otra ocasión. Quien sabe... 

Vistas de la Catedral

miércoles, 19 de junio de 2024

Ruta de los Molinos 2024. Por allí estuve.

 Ruta de los Molinos, la primera carrera en la que me apuntaba después de dos años.

Ya sin “hype” (no me hace especial o ninguna ilusión ponerme un dorsal), pero siempre es bonito el ambiente y vivirlo desde dentro.

Esta es la única foto que tengo, yendo a la salida con Dani.


De la carrera poco que contar, organización perfecta, recorrido muy bonito -la zona de Camaretas es espectacular- y disfruté de un bonito día de carreras.


Me habían comentado que no era muy dura, pero si que había una zona de subida que me sacó de punto durante algunos minutos. También salir tan atrás me penalizó un poco al formarse algún ligero tapón. Una vez coronada la cima, el descenso no se me dio mal.


Y ya luego, meta. El 121 de 322.


Siento no ser tan enfático ni ponerle épica a la cronica, pero es que no hay mucho más que contar.


O igual si, mira, estoy medio mosqueado. Yo antes podía venir de estar años parado que en 15 días cogía la forma.


Ahora no hay manera, salgo dos días seguidos y el segundo estoy muerto.


No salgo dos días y mi cuerpo no tiene oxígeno, pierde la forma sobre la marcha.


No, yo no quiero ganarle ya a nadie, ni siquiera quiero ni pretendo ganarme a mi mismo.


Pero es un poco frustrante.


A ver, que ya no salgo más de una hora ni todos los días, pero aún así, creo que debería dar para más, que modesto, pero tengo un pasado.


Bueno, buscaré solución, o no, tampoco pasa nada. Además, ya me está volviendo el dolor de talones, así que en breve tendré que volver a parar.


Y colorín colorado, está crónica bastante flojita, ha terminado.


Datos Técnicos:

Prueba: Ruta de los Molinos Día de Canarias (San Mateo).

Kilómetros: 13

Tiempo: 1:42”45 (7:54km)

Posición: 121 (322 finishers) 

Ganadores: David Cruz (1:02:45) y Lara Padrón (1:21:30). 

Clasificaciones

https://toptime.live/resultados/ruta-de-los-molinos-2024/



Material utilizado:

Playeras Arc´teryx Norvan LD, cinto Sammie, Gel High Fructose 226ers.

domingo, 17 de abril de 2022

Y cumplí el objetivo que me faltaba. [Crónica El Alamo Race]

Crónica El Alamo Race

Tres años desde que me puse un dorsal por última vez. Realmente llegué a pensar que nunca más participaría en una carrera.

Y no, ni estoy curado, ni ya no me duele, ni la lesión (tendinopatía aquilea bilateral, es decir, los talones al queso en cristiano) es pasado. Todo lo contrario, ahí sigue, molestando e incluso creo que creciendo. Y si a eso le sumamos una protusión cervical (algo así como la promesa de una hernia) pues no estoy ni para la petanca. ¡Pero tener dolores es sinónimo de estar vivo amigo!



¡Ya tengo foto en las escaleras! Foto David Delfour.

A lo que iba, que me faltaba una cosa por hacer en las carreras. Llegar a meta con mi bebé –que ya no es tal- en brazos. Y o lo hacía ya…o más bien el que me llevara cogido a mí sería él si no me daba prisa.

¿Y qué mejor que hacerlo en mi pueblo y en una carrera preciosa como El Álamo Race, organizada por mi gran amigo Yeray y donde muchas veces he sido yo el maestro de ceremonias? No se me ocurre momento más idóneo.

Pues inscrito y a entrenar. ¡Y le di duro eh! La misma constancia y rigurosidad de siempre. Eso sí, el tema series, farlek, etc., bueno, tampoco voy a ir a unas olimpiadas, no me agobies. Un día si que hasta me marqué un entreno en cuestas de locos por San Francisco Javier que me dejó los gemelos al queso una semana.

Día de la carrera, casi que había olvidado el ritual de vestirse, ponerse el dorsal, etc. Por supuesto, todo preparado desde el día antes. Meticuloso y obsesivo que es uno.

Saludos y abrazos por doquier y al lío. ¿Cajón? El último. Salida y a correr. Lo de correr dura poco, primera cuesta de tierra y a caminar. Pocas subidas más haría corriendo. El cuerpito no va, no cojo ritmo, aunque lo cierto es que nunca me vi con “flow” ni en ningún entreno ni en la propia carrera. Yo soy de gasoil y en las carreras cortas nunca estoy cómodo. Para no perder la costumbre al final era cuando estaba encontrando la chispa adecuada que tanto pregonaba Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy (esto último solo lo entenderán los amantes del rock).

Al final llegué…pues de los últimos, que a ver, tres años sin entrenar, cero específico, pero…chacho, yo era un pelín más rápido. De hecho, en clasificación y tiempos, es mi peor carrera de siempre.

Bueno, el caso era entrar con Axel en meta y eso si lo cumplí. Había visualizado la situación, y me lo imaginaba hasta renegando del momento, diciendo “con mami, no quiero…” pero mira, todo lo contrario. Se abalanzó a mis brazos y pasó por meta con una sonrisa de oreja a oreja. Días después le decías “¿Axel que hiciste con papi?” y respondía “Hicimos una carrera y corrimos a la meta, papi y Axel ganaron”.

A esto vine y esto hice.

Así que estimado David Vidal que entraste primero a la meta, la clasificación pone que tú venciste, pero para mi hijo el campeón fui yo. Tanto que después de la prueba solo quería estar conmigo, creo que me veía como una especie de superhéroe.

Sobre la organización, todo perfecto. Había estado en muchas pruebas organizadas por Carphial Teror, pero nunca las había corrido, y amigo, flipé. Sobre todo el tema voluntariado, EXCEPCIONAL. Es imposible de mejorar el cariño que le dan a la prueba. Y me enorgullece que el 90% de ellos también están nuestra Cronovilla. Así es imposible que nada salga mal. Mis dieces.  Gracias de nuevo al amigo Yeray, a la concejalía de Deportes, a la AAVV La Igualdad y a todo su equipo por la labor realizada.

Como nota, después de esta carrera soy mejor speaker. Si. Un speaker tiene que vivir y sentir lo que pasa por la mente de un corredor, a ser posible del último corredor. Yo, sinceramente, tras tantos años sin correr, entono el mea culpa, había perdido parte de esa empatía. Vuelvo a tenerla y seguro que me va a ayudar a hacértelo vivir mejor la próxima vez.

Nada más. ¿Volveré? Ya veremos. Por momentos pienso que tengo que sacarme la espinita y preparar algo de verdad y a conciencia y "reivindicar" mi pasado. Pero…luego se me pasa y creo que cada cosa tiene su momento. Lo dicho, ya iremos viendo.

Gracias por llegar hasta aquí. Si no conocías mi blog, debajo, picando la flechita, tienes las crónicas de todas y cada una de mis aventuras y desventuras anteriores.

 

Datos Técnicos:

Prueba: IV El Alamo Race

Kilómetros: 14

Tiempo: 2:41:52 11:33 Min/Km.

Posición: 210 (297 finishers) 

Ganadores: David Vidal (1:29:04) y Lara Padrón (1:52:20). 

Clasificaciones

https://www.toptime.es/resultados/el-alamo-race/


Material utilizado:

Playeras Brooks Cascadia 16, pantalón T8, calcetines Monolon. 

Geles Maurten y Fuel of Norway.


viernes, 7 de junio de 2019

Crónica de mi primer triatlón: Ironman de Lanzarote


25 de Mayo de 2019. Día de mi primer triatlón: Ironman de Lanzarote, dicen que el más duro del mundo.

Despertador a las 4:57 (tengo la manía de poner el despertador siempre en una hora que acabe en 7). Participar en pruebas de ultradistancia tiene momentos muy duros, uno de ellos es desayunar tan temprano y sin hambre, me cuesta muchísimo tragar y me provoco, pero…es lo que hay. Medio plátano, un cuarto de sándwich y Spordej de Overstims. ¡Nos vamos a la salida! 

Me pongo el neopreno con más cuidado que si fuera de cristal de Murano (la última vez que me lo puse rompí la cremallera) y dejo la bolsa de calle en el guardarropa. Primer error de novato, entrego la bolsa…y tengo las cholas puestas. ¿Qué hago con ellas ahora? Las llevo a la bolsa de la bici y ahí se quedan. Seguidamente me meto en el agua para ir adaptándome al medio. ¿Qué coj… hago en el agua a las 6:40 de la mañana? Me pregunto.

De ahí a mi cajón empezando por los del principio: “Atletas PRO”, aquí no voy yo.  “Atletas de la Asociación de nosequé”, tampoco. “Menos de 60min”, jajaja. “Menos de 70 min”, chacho que empecé a nadar antes de ayer. “Menos de 80min”, uff no me atrevo. “Menos de 90 min”, bueno…estaré ahí ahí…miro para atrás y no hay nadie más, pues ese es mi sitio, el último.

Nada de animación, nada de música, casi 2000 personas en neopreono por delante de mí. ¿Me agobiaré mucho? ¿Qué hago aquí? Noto el estómago flojo…ufff.

Salimos, entro al agua y a nadar. Pues mira, sí, hay tirones, algún codazo, varios agarrones involuntarios en los pies que te desestabilizan y te hacen perder el ritmo…pero me lo esperaba mucho más apocalíptico, la verdad. Intento situarme y ver por dónde voy…y no me cuadra el plano con la realidad. Además, noto como me entra mucha agua por la espalda. Pienso que el arreglo del neopreno no sirvió. "La cremallera cedió y claro…cuando salga del agua en la primera vuelta me van a ver eso roto y no me van a dejar seguir y me excluirán…tanto trabajo para nada…". Y cuando salgo de la primera vuelta pues no, todo está en su sitio perfectamente sellado. La segunda vuelta es algo más tranquila y la disfruto bastante, algo de corriente en el extremo más alejado donde casi no avanzas pero que luego se vuelve favorable y te hace ir como un tiro.

Salgo del agua, joder… ¡Salí del agua! En hora y media y tras 4km 200 metros según el GPS. Ya está, tantos meses de agobio y de preparación para lo desconocido…y prueba superada. Qué alivio, lo hice. Pero no hay tiempo de celebrar nada, queda todo por hacer. Me tomo la transición con mucha mucha calma. Muy poquitas bicis ya en el box, mejor, así no me desconsuelo porque “agüita” con las avionetas que tienen los colegas. Crema solar como si estuviéramos a 20 kilómetros del sol y me enfundo mi culote y maillot, que yo no tengo tritraje de esos. Me subo a  la Cannondale tranquilamente para ir adaptándome al nuevo medio… y a pedalear.
Roman, eres un artista sacando fotos.


Empiezo muy tranquilo…y noto que algo no va bien. El estómago me está dando bastante la lata y voy incómodo. Los primeros 25 kilómetros me los paso entretenido buscando un baño portátil, como no aparece ninguno encuentro un sitio discretito y tras “visitarlo” sigo bastante más aliviado. Pueden pasar dos cosas: Que este problema siga y por tanto me tenga que retirar por deshidratación o que se corte y quede en anécdota. Aunque soy un novato en triatlón creo que algo de experiencia sí que tengo en ultra distancia, así que saco del bolsito un omeprazol y problema resuelto. “El animal conoce”.
Agarrando los acoples "para hacerme el chulo"

El resto del sector ciclismo es un largo y precioso paseo por toda Lanzarote de esquina a esquina. Al principio nublado, hasta caen unas pequeñas gotitas e incluso llego a pasar frio.  A medida que se abre el día va llegando el solajero. Y eso sí, invariablemente viento, mucho, y no sé por qué pero casi constantemente en contra. La zona de Timanfaya es un espectáculo, la subida al Mirador del Río una maravilla, la de Los Helechos, durísma. Pero me lo paso genial en todo el camino, tanto que las 8 horas que estoy sobre la bici (tiempo bastante mediocre, sí, pero yo a dos ruedas soy lo que soy y además mi querida y maravillosa bici es una escaladora que posiblemente de los 2000 aparatos tecnológicamente evolucionados de forma sublime que allí habían estuviera entre las 50 “peores”). Ya casi al final un golpe de viento casi me lleva al suelo, aquí no te puedes relajar ni un segundo. Veo varios compañeros apartados en orillas de carreteras, bicicletas rotas…e incluso algunos en camilla inmovilizados. No es agradable. Este sector es peligroso en algunos descensos y también conlleva factores que no puedes controlar, como las averías mecánicas. Yo por si acaso extremo precauciones en los últimos kilómetros y voy -aún más- despacio. Y así acabó el paseo en bici.
Verano Azul

Segunda transición, esta es algo más rápida, me pongo mi gorra Buff de la UTMB, camiseta Salomon y mi pantalón Raidlight (como ven outfit muy muy triatleta no llevé) y a correr.

Ahora si, tras prácticamente estrenarme en natación y ciclismo en un evento, estoy en mi terreno. El circuito consta de una vuelta larga hasta casi Arrecife (21km) y dos vueltas que serían la mitad de la primera aproximadamente para completar los 42Km. La primera se me pasa bastante rápido, voy conociendo el recorrido y lo disfruto, la zona del aeropuerto pese a ser la más lejana tiene el encanto de ver pasar a los aviones justo encima de ti. La media maratón sale por debajo de las dos horas, a ver si en la segunda aguanto el ritmo. Segunda vuelta al circuito, primera de las cortas. Voy algo cascado, pero bien, no dejo de adelantar a compañeros durante los 42kilómetros. Ultima vuelta, 10 kilómetros y se acaba todo. Me digo que tengo que correr todo el circuito, que no puedo pararme a caminar, y así lo hago.
Ese señor ahí sin tritraje...

Esto va llegando a su fin, alcanzo el cartel del kilómetro 40 (publicación que ves por primera ocasión cuando solo llevas corriendo 2 y te hunde en la miseria) y empiezo a rememorar todo elcamino recorrido hasta llegar a este momento: Las horas de entreno, los madrugones, las vueltas al tontódromo o por Ayagaures en bici, las piscinas hechas…trabajito hecho, objetivo cumplido. Valió la pena.

Y así entré en meta, emocionado y feliz por ver que soy capaz de salir de la línea de confort, de hacer cosas diferentes, de sobrevolar la incertimdubre y llegar a disfrutarla. Valioso aprendizaje para la vida, esta no fue fácil, pues tuve que rascar segundos para entrenar de cada momento. ¿Un embarazo, dos trabajos (eventos como speaker aparte) y la apertura de otra tienda son compatibles con preparar un Ironman? Pues parece que sí, pero…¡Mas nuuuunca!
Resultados.
¿Y ahora? Sigue estando todo por hacer. Una Transgrancanaria 360, otro Ironman pero para ir a por tiempo, seguir conociendo mundo participando en eventos, travesías, campeonatos de natación, disfrutar los entrenos con amigos…pero sobre todo, lo más importante, trasladar lo que aprendo en el deporte a los negocios y a la vida diaria. No obstante todo ello tendrá que esperar unos años, pues ahora me toca la ultra más importante de mi vida. 😉
Ya está el cuadro completo. 
Gracias por leerme si has llegado hasta aquí, y por supuesto gracias a todos los que se preocuparon por mí y siguieron esta aventura. ¡Cuando encendí el móvil tenía casi 1000 wasaps! Gracias a todos.

Gracias a Javi Cardaba y Claudio Matos por compartir experiencia juntos y ayudarme, a Pedro Guillama por su ayuda, a Vero por el vídeo de arriba y los ánimos, a Gonzalo Mantecón y Eli Sánchez por ser mis mentores en triatlón. Gracias infinitas a mi mecánico, acompañante, autor de las fotos que ilustran esta crónica y amigo Román por venirse conmigo, sin el esto hubiese sido un calvaaaario. Gracias a mi súper entrenador Abel y Runhabitat por volver a llevarme a una nueva meta y estar siempre pendientes. Gracias a mi súper entrandora de piscina Cecilia por confiar en mí y convertir en tiempo récord a este plomo limpiafondos en algo parecido a un nadador y por transmitirme esa pasión por la natación. Gracias a eso, ahora, uno de los mejores momentos del día, es el estado “zen” en el que me encuentro cuando salgo de la piscina. Y a mi pareja Sara por las muchas ausencias para entrenar, solucionarme a última hora el asunto del neopreno movilizando media isla y ayudarme en todo y más para poder cumplir el reto.  Y gracias a ti también, Axel, porque me diste fuerza para llegar a la meta, tenía que hacerlo porque me hacía mucha ilusión contártelo dentro de unos años. 

Gracias, de corazón.


Datos Técnicos:

Prueba: Ironman de Lanzarote. 25 de mayo de 2019.

Kilómetros: 226. 3,8 natación - 180 ciclismo - 42 carrera.

Tiempo: 14h19m50s.

Posición: 968. 155 grupo de edad. 894 genero. 1363 finishers. (1650 inscritos)

Ganadores: Frederik Van Lierde (8h51m16s) y Nikki Barlett (9h59m10s)

Clasificaciones

Material utilizado:
Natación: Neopreno Orca S7. Gafas Speedo.
Ciclismo: Bicicleta Cannondale Synapse. Casco Spiuk, Zapatillas Luck, Culote Assos. Calcetines Maldita buena suerte. 
Carrera: Zapatillas: Brooks Ghost 11. Textil: Camiseta Salomon, Pantalon Raidlight, Calcetines Stance, gorra Buff.
Reloj: Garmin Forerunner 935.
Nutrición: Geles 226ERS, Pastillas de sal 226ERS, Hydrazero 226ers. H5 energy Source, Barrita Amelix Overstims. 

domingo, 2 de junio de 2019

Crónica del Ironman del Lanzarote (parte I)

Vamos a darle un orden cronológico al asunto:

Septiembre:
Tras completar la UTMB necesitaba un reto diferente, algo que me sacara de la zona de confort, que me exigiera nuevas dinámicas y formas de prepararme. El reto de hacer un Ironman siempre me había rondado…y el momento había llegado.
Octubre:
Descanso activo.
Noviembre: 
Me apunto en la piscina, cuando le digo a mi futura entrenadora que quiero hacer el Ironman me comenta que muy bien, que hay tiempo, año y medio debería ser suficiente. Le digo que no…que no estoy pensando en 2020. “Dos años, mejor”. No no, YA, en Mayo. Me dice que es muy complicado, que debo ser muy estricto y nadar prácticamente todos los días. Mi respuesta es: OK, vamos a ello. Hasta bien entrado el año no da un duro por mi.
La primera prueba consiste en tirarme al mar y estar 10 minutos “en lo hondo”, a ver si me impresiona. No es mi medio…pero paso la prueba.
Tras eso a nadar en piscina, soy un Minardi en mitad de los Ferraris y Mercedes, no aguanto una piscina entera nadando, me asfixio, me agobio, no se respirar…soy un plomo limpiafondos.
No se ir acoplado. Por cierto busco una cabra económica. Por si sabes de alguna.
Diciembre:
La cosa no mejora mucho en la piscina, a la que voy todos los días a las 7am, que de 9 a 21 trabajo. A veces nado y salgo a correr, pero voy muy mareado, tanto es así que en una de estas me de doy un golpe bastante fuerte. Además hago mi primer km en marea…en 38minutazos. Casi que hasta me emociono. Seguimos.
Privado estrenando neopreno en El Pajar. Mira que hice metros ahí...hasta con una manta raya me encontré un día, que miedo tu.
Enero: 
El muchachito nuevo de la piscina va cogiendo algo de práctica y ya no es tan lento ni tan limpiafondos, pero aun está lejos de pasar el corte del Ironman en natación. 
Febrero: 
Poco a poco voy haciendo más y más metros. La distancia empieza a no ser tanto problema, pero cada vez que salgo del agua lo hago bastante mareado y mi orientación en el líquido elemento es nula.
Cara que se te queda tras una tirada larga de 30Km a 4:35 el km.
Marzo: 
Sigo mejorando, empiezo a ver que es posible…y me inscribo a la prueba. Me tomo más en serio el resto de modalidades (correr y bici) porque hasta entonces estaba centrado casi exclusivamente en nadar. Ahí me doy cuenta que el triatleta es como un malabarista, debes tener las “bolas” de la natación, bici y carrera en el aire, pues si se te cae una…se fastidió la función. No será fácil.
Abril: 
Test de medio Ironman pasado. Seguimos. A estas alturas me preocupa agobiarme en el agua entre tanta gente. Nunca me he enfrentado a eso…y no se como lo voy a gestionar. Me inquieta mucho. También me intranquiliza el sector ciclismo, nunca he hecho 180 kilómetros en bici, y además aquí influye el apartado mecánico. ¿Y si se rompe? Además no le he dedicado el tiempo suficiente. Muy pocas tiradas largas. No dispuse de ese tiempo y a lo mejor el sector me lo hace pagar. Y también me preocupa la carrera. Tengo una lesión crónica y a saber como se portarán los talones. Por si fuera poco, como es mi “fuerte” –o eso se supone- la he dejado de lado, igual pago el exceso de confianza en el sector. 
Hice una travesía y todo. Me gustó.
Mayo: 
Llegó el mes. Y lo hace con inconvenientes. Una semana antes el transporte que tenía previsto para la bici se viene abajo, rompo el neopreno y los talones siguen doliendo. 
Esto es, problemas en los tres sectores.
24 de Mayo:

Día antes. Llego a Lanzarote, posiblemente el último de los inscritos en pisar la isla de los volcanes (y probablemente el primero en irse porque el domingo a las 7am ya estaba en el aeropuerto). No hay tiempo de adaptarse…ni de descansar. Recojo el dorsal –me quedo alucionado con el complejo que tienen montado en La Santa-, paso el checkin más perdido que un pulpo en un garaje, dejo la bici y las bolsas de la transición…y a dormir.
25 de Mayo: 
Llegó el día. Pero te lo explico en otra entrada, para que no sea muy largo.
¡Hasta entonces!

martes, 19 de marzo de 2019

Sintiendo el #CalorHerreño [Crónica Maratón del Meridiano]


Me apunté a la maratón del meridiano para poder mantener la forma durante la navidad, ya que es una época en la que suelo trabajar una media de 12 horas al día y si no me obligo a entrenar…me pongo “guuuurdu” como una vaca.
¡Las Sabinas! Foto de Racephotos.

Aun así, vi que no llegaba y me pasé a la distancia corta, pero bueno, tampoco es plan de ir a El Hierro para correr una horita y ya está, así que finalmente y tras tanto cambio, inscrito en la distancia de 27 kilómetros.
La carrera sale desde Sabinosa para subir a Malpaso y finalizar en La Frontera. El Hierro es mi isla favorita, por lo que iba muy predispuesto a pasarlo bien y disfrutar de sus lujosos senderos.
Tras la habitual rutina herreña (compra de queso rallado en la cooperativa de ganaderos -los dejamos sin existencias-, elegir las quesadillas, disfrutar de una pizza y un heladito de Parchita en El Pomodoro y demás), a descansar y a la salida.
Son “sólo” 27 kilómetros, pero la verdad es que no me siento nada preparado para hacer la distancia con garantías. Empezamos subiendo, dura cuesta hasta Cres donde no voy cómodo y me adelantan corredores de mi modalidad y de la superior, que ya vienen con 15 kilómetros en los pies.


Senderos que molan. Foto de Racephotos.
A partir de aquí ya mi motor diésel empieza a funcionar y el asunto cambia. Ahora voy bien, corro en las cuestas y estoy cómodo. Pasamos por la Ermita de Los Reyes y seguimos subiendo. Entrenando por allí el pasado verano vi un caballo sin sombra y sin agua en un terreno que se bebió mi softlask entero, dudé de avisar al Seprona por las condiciones en las que se encontraba, porque el amigo me dejó muy mal cuerpo. Lo busco a mi paso por su “casa” … y no lo veo. No sé si eso es bueno o malo. En Malpaso, la cima de la isla, hace un fresquete curioso. A partir de aquí llegamos a mi querido sendero de La Llanía, posiblemente el más bonito que se pueda recorrer en Canarias y dudo que los existan mucho más impresionantes en todo el mundo. Mi reloj por aquí ya marca 27 km, que son los que debería marcar en meta. Claro, voy con el modo ultra track que nunca quité tras UTMB y marca lo que le parece. Precioso y disfrutadísimo descenso hasta Tigaday y ya estamos en meta. Al final puesto 40 de 289 participantes, carrera de menos a más, llegué al meta muy fresco…y con la sensación de haber podido con la distancia maratón. ¿Lo mejor? Que así la tengo pendiente para otra visita a El Hierro.
Y eso fue lo que dio de sí la carrera, evento muy recomendable que convierte a la, para mí, isla más especial de Canarias en una fiesta en la que se vuelcan todos los vecinos. Muchas gracias por tanto #CalorHerreño. ¡Hasta la próxima!
¡Meta! Foto de Racephotos.
Datos Técnicos:

Prueba: Maratón del Meridiano. (Distancia 27Km)

Kilómetros: 27

Tiempo: 3:32"47

Posición: 40 general. 23 senior m. 389 finishers. 
  
Ganadores: Javier Sosa (2:25"45) y Ana Cristina Portillo (3:14"43).

Clasificaciones
http://toptime.es/resultados/meridiano/individual.html

sábado, 6 de octubre de 2018

El sueño de todo trailrunner: Finisher UTMB.

La crónica de esta UTMB se remonta varios años antes de participar en la prueba, concretamente desde el momento en que buscas conseguir los puntos para participar en la misma. Una vez conseguidos estos hay que entrar en el sorteo, a la primera no hubo suerte, a la segunda si salimos seleccionados.

Conseguido todo esto, ahora toca entrenar para la prueba. Meses antes, una pequeña molestia en los talones que no se soluciona y se termina por convertir… en una gran molestia. Tras las pertinentes radiografía y ecografía le ponemos nombre al problema: Entesitis. Descanso, entrenamiento sin impacto, masajes, ondas de choque, punción seca, EPI…nada. No se soluciona ni de momento se ha solucionado, tan solo una infiltración me deja participar en la prueba.

Con ese panorama, sin hacer prácticamente ningún entreno ajeno al dolor, a duras penas y nada de disfrute hago la maleta. Hasta unos días antes no tengo ni idea de cuando viajo, en que compañía, que necesito, como es la prueba…nada. No tengo claro si podré participar y prefiero aislarme del asunto.
Así llegamos a Chamonix. Un bonito y pintoresco pueblo entre montañas que merece la pena visitar. El ambiente es brutal. Allí todo son camisetas finisher y pantaloncitos Trangoworld. Nadie con un vaquero y un polo, jeje. Como curiosidad, me cuesta entender que el Mont Blanc esté a 4810 metros, desde Chamonix, aunque imponente y majestuoso, no se ve tan alto. Cuestión de perspectiva, supongo.




La semana se me hace eterna, desde el lunes la meta va recibiendo casi incesablemente corredores de las diferentes pruebas que contiene el evento. Todos van entrando en ella…y yo sin salir. Algo de ansiedad me genera, la verdad. Los días antes toca hacer de turista y seguir al amigo Román, que consigue el chaleco finisher de la TDS.
Por fin es viernes y ahora sí, me toca correr a mí. Todos los días con calor…y justo ese día, lluvia. Además, activan el kit de frío, se espera sensación térmica de menos 10 grados. Guay. Así arrancamos desde la Plaza del Triángulo de la amistad. Ese momento quedará grabado para siempre en nuestras retinas. Cuantas veces habremos puesto el “Conquest of Paradise” de Vangelis para visualizarnos en ese lugar…y coño, ¡Allí estamos! En la cumbre del trail mundial. La salida es simplemente la más mágica que se pueda imaginar, creo que habré visto el vídeo unas 50 veces y no me canso. Hay que vivirlo. De verdad, vete y disfruta ese momento. Pero vete con tiempo, dos horas antes, de lo contrario…lo más que podrás acercarte al arco serán unos 250 metros. Por cierto que, si afinas el oído, en el minuto 4:07 se escucha a mi amigo y speaker en la prueba Eoin Flynn decir "muchísima suerte Angel, de Gran Canaria, de Canarias, de Teror". ¡Gracias amigo!

Con el amigo Yoni antes de salir.


Salimos…y sigue siendo alucinante todo. ¡La gente no se acaba nunca! Casi en volandas vamos hasta el kilómetro ocho, llaneando y bajo una ligera lluvia que poco a poco va empapando y que nos acompañaría toda la noche. La primera subida la hacemos de día por una pista de Esquí y de ahí al primer avituallamiento en el que prácticamente hay más ambiente que en cualquier meta de cualquier carrera. Este hecho se repetiría casi en cada avituallamiento. En la segunda parada “Les Contamines Montjoie” (me encanta el nombre de este pueblo) me abrigo. No tengo frío, pero todo el mundo va empapelado como si fueran cebollas y básicamente por imitación lo hago yo también. Si se abrigan alemanes, suecos o finlandeses, un canario tendrá que hacerlo también, pienso.
 


…y durante toda la noche paso calor.
Subimos al Col de Bonhomme al golpito, que esto está empezando. No sé si las vistas son bonitas o muy bonitas porque es de noche. Esta nos acompaña hasta la arista du Mont Favre aproximadamente. Llego a Col de Checrouit a las 7 y media y hay un concierto. Mola. De ahí bajada técnica a Courmayeur donde los cuádriceps van aprendiendo lo que es la UTMB.
Courmayeur, punto estratégico según cuentan todos y equidistante a Chamonix. Es decir, mitad de carrera aproximadamente. Solo queda darle la otra media vuelta al Mont Blanc. Llego bien, fresquito y con ganas de seguir, cero problemas. Almuerzo (a las 8 y 20 de la mañana) y seguimos.

 

Subida guapa al refugio Bertone y de ahí por un senderito muy bonito y divertido al refugio Bonatti (el del chubasquero). Desde aquí las vistas al Mont Blanc son un lujo. Pasado este punto empieza a soplar el viento y me abrigo nuevamente (otra vez era el único en manga corta). En Arnouvaz veo el cartel informativo (en cada parada tenemos información del siguiente segmento, perfil, desnivel, etc) y veo que voy a subir en dos kilómetros y medio casi 1000 metros. Pues nada, vamos pa´rriba. Hace fresquito en esa cima a 2400 metros en la que nos despedimos de Italia y saludamos (es un decir porque no se ve nada por la niebla) a Suiza. Desde aquí a Champex Lac descenso muy cómodo con otra pared vertical al final. Pero seguimos.

"El deja vu". Hace un año un chico en una carrera en Asturias me dice, al ver el logo en la camiseta, que la Estrella Galicia es buena cerveza, tras eso hablamos y hacemos parte de la carrera juntos. Aquí otro chico viene y me hace idéntica pregunta...y si, resultó ser el mismo. Un año después nos vemos en una carrera y compartimos kilómetros. ¡Un placer amigo Pedro!
Champex Lax. Kilómetro 125. Llevo 24 horas corriendo. Dicen que la carrera empieza en este punto. Yo creo que son chorradas…pero tienen razón. De aquí para atrás la UTMB es una carrera y a partir de ahora será otra totalmente diferente. He disfrutado y me he divertido en unos 125 kilómetros con un desnivel brutal…pero bastante llevaderos y nada técnicos. Todo lo contrario a lo que nos espera de aquí en adelante. Afortunadamente no lo sabía, y menos mal, porque a estas alturas aparecía una molesta ampolla que no me puedo pinchar porque no es superficial, en cada parada si me enfrío empiezo a tiritar porque tengo algo de fiebre y además voy bastante “sollado”, que decimos en Canarias. Me quedan 50 kilómetros imitando a un híbrido de John Wayne y Chiquito de la Calzada. ¿Me retiro? Esa pregunta nunca se me pasó por la cabeza. Estoy en una carrera que ya dura varios años y solo me queda, en sentido figurado, un kilómetro, así que me tienen que pegar un tiro para que tire la toalla.
La subida es una vertical durísima y la bajada a Trient una tortura de lo técnica que es. A esta localidad suiza llego mosqueado, ya que cuando creo que voy a arribar a tenor de lo que me indica el gps, aparece una señal que avisa de que nos restan 45 minutos para alcanzar dicho pueblo. Otra vez no puedo parar mucho porque empiezo a tiritar y ya voy rumbo a Vallorcine. Subimos 600 metros en 2 kilómetros (la penúltima locura) y afortunadamente la bajada es algo más sencilla esta vez.

Vallorcine. Esto está casi hecho. La organización ha avisado días antes que no iremos por el recorrido fijado sino por la pista de esquí. Más fácil, pienso. Iluso…
Queda, básicamente, lo peor. Un camino muy cruel. Otra subida “curiosa” seguida de una ¿bajada?, lo pongo entre interrogantes porque directamente no había camino, búscate la vida entre las millones de raíces para bajar casi campo a través (tanto que tardo una hora en hacer un kilómetro, la ampolla y sus amigas las rozaduras no me dejan ir más rápido y en cada paso veo las estrellas) y a volver a subir primero por un camino donde no dejo de ver viejas, niños, brujas, pescadores…que resultan ser piedras y luego la famosa pista de esquí, que aparece casi al final y que es más empinada que el resto.
Volviendo a las visiones, a muchos en las ultras le ha pasado este fenómeno, a mi era la primera vez. Vi un hurón saliendo de una mochila que me saludaba muy atentamente (supongo que sería la manga de un cortavientos, pero yo vi un hurón), salchichas a la brasa en el suelo (que resultaron ser piñas) y gente, mucha gente, en lo que finalmente eran piedras.
6 y media de la mañana. La Flegere. De aquí al final todo es bajada. En Vallorcine (2:15am) la app me calculaba que estaría en meta sobre las 7. ¿5 horas para hacer 18 kilómetros? Voy jodido, pero no será para tanto… iluso. A todo esto, en ningún momento me ha dado sueño, curioso.
La última bajada se me hace eterna, si vamos a descender 1000 metros en 8 kilómetros, no entiendo por qué vamos atravesando inmensas rectas, no entiendo por qué voy paralelo al Mont Blanc y no entiendo por qué no se ve Chamonix. Voy caminando despacito, con cada paso veo las estrellas. Llegar voy a llegar, pero no tengo ni idea de cuando. Estoy acostumbrado a ir adelantando a decenas de participantes en la parte final de todas las carreras y aquí me están pasando hasta abuelitas. De la impotencia se me salen las lágrimas y me entristece un poco que nadie se pare a preguntarme que me pasa y si estoy bien (cuando está en el reglamento y es obligado bajo pena de exclusión).

Estado lamentable en el que entré a meta.
 

Domingo 2 de Septiembre. 8:14 de la mañana. Treinta y ocho horas, trece minutos y veintinueve segundos después, soy finisher de la Ultra Trail du Mont Blanc. Me sorprende el tremendo salto exponencial. La regla de tres no funciona en este caso. Si en transGC, 120 kilómetros, hice 18 horas, aquí con 50km más… ¿20 horas más? Pues sí, amigo.
Y esa fue mi historia dándole la vuelta al Mont Blanc. Una experiencia bicéfala. 125 kilómetros de disfrute y 50 de agonía.
Agradecer el apoyo a Aguas de Teror y a Cima Running. Dar las gracias a todas las personas que me estuvieron siguiendo a través de la página oficial y de las redes sociales. Días después, disfrutando de la romería del Pino, me vi hasta abrumado de tanta felicitación. De verdad que infinitas gracias a todos, no lo esperaba. No los nombro a todos porque me dejaría a cientos atrás. Dense por aludidxs todxs. Especialmente gracias a Elisa y Román, que tuvieron que aguantar mi cabreo en Trient y me siguieron por todo el camino. Y gracias y felicidades por ser finisher de la UTMB a mi señora. De verdad que no hay palabras, seguir a un participante en una prueba como esta es durísimo, y ahí estuvo ella. Si no supiera que ella está en el siguiente punto, la dificultad de la prueba se multiplicaría por 20. ¡Gracias!

 

Epílogo: Tenía claro que esta era la última ultra en mucho tiempo. Si, todo es muy bonito y de color de rosa a 100 metros de la meta, pero para llegar a eso hay muchos madrugones, muchas horas bajo el sol o bajo la lluvia, un sacrificio brutal…y no sé si compensa. No sé si vale la pena. No sé si es mejor invertir ese tiempo en otras cosas, en aprender inglés, en formarme, en emprender otro negocio. Pero…una semana después ya estoy viendo perfiles y recorridos de otros eventos que me intentan seducir. ¿Qué tipo de adicción macabra es esta?
Au revour Chamonix. ¿Volveré? Yo apostaría al si.

Datos Técnicos:

Prueba: Ultra Trail du Mont Blanc 2018. 31 de Agosto, 1 y 2 de Septiembre de 2018.

Kilómetros: 171. 10000 desnivel positivo.

Tiempo: 31:13”29

Posición: 555 general. 222 senior m. 1778 finishers. 2561 participantes.

Velocidad Media: 4,5 Km/h

Ganadores: Xavier Thevenard (20:44"16). Francesca Canepa (26:03"48).

Clasificaciones
https://utmbmontblanc.com/es/page/107/107.html


Material utilizado:
Zapatillas: Hoka One One Mafate Evo 2.
Textil: Camiseta Tuga / Camiseta SportHG, pantalón Dynafit, calcetines Stance. Chaqueta Bonatti.
Accesorios: Gorro Buff, Fronta petxl Myo, Chaleco Salomon Advanced Skin 12 litros, bastones Ferrino Eiger.
Reloj: Garmin Forerunner 935.
Nutrición: Geles 226ERS (Frutas del Bosque), Pastillas de sal 226ERS, Hydrixir Antioxidante Overstims, Endortargo, Recovery 226ERS, Gatosport. Datiles con jamón. Caldo, mucho caldo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...