Jueves 28 de febrero, voy camino de la Plaza de la Música con mi amigo Román
para recoger la bolsa del corredor. Cuando llego empiezo a darme cuenta de
donde me he metido, para los amantes de los rallys, lo que se vive en The North Face Transgrancanaria es algo muy parecido al
ambiente que se genera en el Parque de Santa Catalina con nuestro Rally Islas
Canarias. Ese olor particular que emanan las grandes citas.
Recogemos el chip, bolsa, peto y los datos de la prueba y ya
que estamos damos una vuelta por la feria del corredor, quiero comprármelo
todo, pero me conformo con un Buff. De esta forma queda aparcada la prueba
hasta el sábado, aunque el viernes vuelvo a revisar el perfil y la estrategia
de carrera, que no era nada compleja: Ir tranquilito y llegar a la meta, a ser
posible antes del último y si por casualidad bajaba de las 3 horas sin
necesidad de ir directo a la medicalizada del SUC...éxito absoluto.
El recorrido en sí no ofrece muchas complicaciones, casi
todo en bajada con solo 3 subidas de importancia. Lo único preocupante es el
principio, pues los 3 primeros kilómetros se hacen subiendo y empezar así no me
gusta nada. Luego quedaría el temido Barranco de Tenoya y sus innumerables
trampas, donde habría que tener especial cuidado. El resto estaba medianamente
claro.
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El material para la prueba. Ya he "jubilado" la mayoría. |
Amanece el sábado, llego al pueblo y el montaje es
espectacular, banderas, música, carpas, arcos…digno de una prueba de primer
nivel. Me tiene que ayudar Román con el chip, puesto que nunca me había puesto
uno, y de ahí a esperar a que empiece la prueba. Calentar un poquito, estirar, entrar
a ver a la Virgen
del Pino, hablar con los amigos, ver pasar al líder la Ultra Sebastien Chaigneau…pero
deseando que sean las 11:00 para empezar. Como tengo claro que mi objetivo es
llegar no me importa coger un sitio preferente en la salida, y de esta manera
me doy cuenta que salgo casi en última fila.
Y llega el momento, se da la salida y ahora tocar llegar
corriendo hasta la base del Pico de Osorio. Empiezo a un ritmo muy suave y
adelantando a muchos corredores, de hecho hasta la casa de Osorio voy zigzagueando sin dejar de pasar a runners y
esto hace que el tramo más duro en el aspecto psicológico pase rápido. Ahora
toca afrontar la subida mas larga de la prueba, me lo tomo con mucha filosofía,
quizá demasiada, porque me adelantan como si fuera un caracol, lo cual aunque
me sorprende no me pone nervioso y sigo a lo mío. Llego a la acequia, el tramo
mas estrecho y técnico y que tengo estudiado al dedillo para pasar muy rápido,
pero toca ir en cola caminando y pierdo bastante tiempo.
Ya he entrado en calor y me encuentro muy cómodo, aunque al
ser mi primera carrera me da miedo saturarme mucho y sigo a un ritmo pausado.
Ahora tocaba la parte más bonita y estaba dispuesto a disfrutarla. Paso sin
ningún problema por las zonas de los Altabacales, Los Castillos, Santidad…y
llega “mi amigo” el Barranco de Tenoya, el cual supero mejor de lo previsto y
adelantando a varios corredores. Ahora toca la dura subida hasta Tenoya, donde
vuelven a pasarme como motos muchos compañeros…pero yo sigo a lo mío.
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Empezando a coger el ritmo. |
Kilómetro 15, superado el avituallamiento, donde aprovecho
para comer un plátano y recargar sales. Ya estaba mas de la mitad del trabajo
hecho y seguía con bastante feeling, que me abandonaría un poco en el falso
llano de subida posterior y la última cuesta de Los Giles. Una vez superada
esta ya se que solo una catástrofe me impediría conseguir mi objetivo, y la
plácida bajada hasta Las Canteras se torna agradable y rápida, sobre todo
cuando pasas sobre la Autovía
del Norte y vislumbras al fondo la zona de meta. Aun así siempre con ese miedo
interno que me obligaba a “aflojar una marcha” para evitar problemas. De algún
modo siempre fui consciente de que estaba en mi primera carrera y no quería
cometer errores de novato.
Paso por debajo del puente, llego al cruce con la carretera
del Rincón “¿Buenas tardes Señor Agente, puedo cruzar?” –“Por supuesto, pase”.
“Muchas gracias…” Y ya estoy en la plaza de La Música, últimos metros, ya
está, el trabajo está hecho. Me acuerdo de todos y cada uno de los
entrenamientos, de todos los que me han aconsejado, de todas mis dudas y me
enorgullezco de mi mismo. Si, lo voy a conseguir…y se me escapa alguna
lagrimilla de emoción. Voy con cero problemas, muy fresco dentro de lo que
cabe, y solo en las subidas y algún falso llano he dejado de correr. No tengo
ni idea de que tiempo estaré haciendo pues me da ansiedad estar mirando el
reloj. “¿Habré bajado de las 3 horas? Joder, a lo mejor he ido demasiado
tranquilo y empeoro los tiempos de entrenamientos. ¿Mejoraré los registros del
año pasado de algunos amigos?”.
Dudas que se resuelven rápido al dar el último giro y
fijarme en el reloj, que marca en ese momento las 13:36. ¡Dos horas treinta y
seis minutos! Vuelvo a hacer la resta porque no me la creo…pero sí, he parado
el reloj en un fantástico 02:36”31 que me coloca en el puesto 96 de 600
participantes y el 14 de mi categoría. Además recapitulo y me doy cuenta de que
he ido de menos a mas, incluso en la diferencia de posiciones entre el tiempo
intermedio y el final soy uno de los corredores que más oscilación tiene
bajando puestos, dato que me impresiona mas que el puesto final incluso En
resumen: Todos los objetivos cumplidos, pero sobre todo el más importante:
Ganarme a mi mismo.
Me recupero un poco, estiro, bebo agua, una cerveza, como un
plátano, otra cerveza y aprovecho para tomar un espléndido masaje que me deja
en estado “zen”. ¡Si se esto llego antes a la meta! De ahí a comer al catering
que tienen preparado los amigos del Restaurante Hijos de Chencho. Quedo
encantando con todo lo que envuelve a esta prueba. Desde el director de carrera
hasta el último colaborador todo es amabilidad y la profesionalidad que
desprenden es sobresaliente. No falta ni el más mínimo detalle. Y que decir del
público, correr ante tanta gente y que te animen y hasta te llamen por tu
nombre es un subidón de moral que quiero agradecer a través de esta crónica.
El balance a todas luces no puede ser mas positivo a nivel
deportivo, organizador, social y hasta espiritual. Correr la
The North Face Transgrancanaria 2012 ha sido una
experiencia única…y que ya estoy deseando repetir el próximo año. Solo falta
decidir la distancia.
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Con mi primera camiseta finisher. |
PD: Quiero agradecer y dedicar esta crónica a mis
inmejorables amigos Yeray y Omayra, que no solo me equiparon para la prueba
gracias a Carphial, sino que me acompañaron en la salida de la prueba, tramos
intermedios y meta. Además de hacer de fotógrafos y hasta servirme de
transporte. No tengo palabras para agradecer tanto apoyo que espero
corresponder estando aquí siempre. También gracias a los que me mandaron
mensajes, whatsapp, twitts, notas en el Facebook…me sentí muy arropado durante
la prueba.
Muchas gracias a todos, son lo mejor.
Ese entrenamiento tan bueno que hiciste y esas buenas sensaciones hacen que la distancia ya se te haya quedado corta. Sube de distancia, pero sigue entrenando con constancia. Vamos campeón.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Gonzalo. Visto el resultado en la distancia de 20km casi que deberías plantearte subir la distancia.
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