Ayer tuve la suerte de toparme en TV3 con "El Convidat", un
magnífico programa donde su presentador pasa unos días como invitado en el
entorno natural de sus anfitriones entrevistados. Soy un fiel seguidor del
canal autonómico catalán, tanto de cuando vivía allí como de ver on-line
programas del estilo único de Crackovia, Polonia o APM, por citar algunos de
los mas conocidos, o incluso las carreras de Formula Uno, con unas
retransmisiones mucho mas imparciales y técnicas que las del fanático al que
estamos acostumbrados a ver, aunque esto tampoco es muy difícil. De hecho, creo que
una de las razones principales por las que entiendo con cierta normalidad el
catalán es precisamente esos momentos ante la TV.
Pues bien, el protagonista del espacio en cuestión en ese momento era Kilian
Jornet, del cual obviamente no voy a hacer ningún tipo de presentación porque
directamente sobra. En el programa veíamos el día a día del campeón del mundo,
y este no podía ser mas humilde, sencillo y alejado de grandes
ostentaciones.
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Vemos a Kilian y al presentador en pleno almuerzo. |
Kilian se sube a su modesta caravana, que ni siquiera está provista de aseo,
aparca donde buenamente puede cerca de su montaña objetivo. Se calienta en una especie
de butsir sus macarrones, le añade tomate frito...y enfundado en sus mallas
parte buscando su camino, desconozco si con un destino prefijado o simplemente
improvisando.
Choca poderosamente la atención que uno de los deportistas mas laureados de nuestro
país, con un palmarés que dejaría en ridículo el que pueda ostentar casi
cualquier figura del balompié, no necesite nada mas que unas mallas, un par de
zapatillas, un cortavientos y algo de comida para encontrar su felicidad y
seguir su pasión. En su caravana lleva su vida a cuestas, en una paz y un
estado de meditación casi místico. Así es Kilian, sencillo y humilde.
Y no puedo evitar comparar la forma de vida de dicho corredor con otros
deportistas de talla mundial, enfundados en sus ropas de marca (a Kilian
también le viste una, pero se queda con dos equipaciones y el resto la entrega
a otros corredores que se va encontrando), con sus lujosos deportivos y
viviendo en chalets a los que no les falta el mas mínimo y banal detalle. Al
final, ya saben, no es feliz el que mas tiene...
Ese es el ejemplo que debemos seguir de este gran campeón mundial, y no
fijarnos tanto en sus resultados. Seguro que, y salvando mucho las distancias,
si imitamos lo primero, estaremos mas cerca de lo segundo. Y ojo, que en
ocasiones sus hazañas o simples entrenos me parecen rozar lo demencial. Su
propia madre lo dice "Kilian no debe ser un ejemplo". Yo, le hago caso,
pero solo en lo deportivo.
Como resumen final, una frase del protagonista: "Es mejor dedicar el dinero a tener tiempo que dedicar tiempo a hacer dinero".
Para el que quiera verlo, aquí tienen el link al
citado programa.
PD: Mientras gozaba de este espacio de un valor periodístico sobresaliente, en
nuestra Televisión autonómica, la canaria, emitían algo llamado "La Gala". Saquen
conclusiones...
Muy interesante sí señor, la verdad es que lo que hace este hombre es alucinante, y por lo que parece no se le ha subido a la cabeza, claro que también su éxito queda en un círculo más reducido, sobre todo en España ... si le pegara patadas a una pelota sería otra cosa :(
ResponderEliminarPues muchas gracias por la información. Ya tengo algo que ver en los ratos libres. La verdad es que no hay palabras para definir lo que hace Kilian.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir temas tan interesantes Jesús!!
ResponderEliminarCarlos Araña