Mira que había escuchado y leído acerca del fenómeno Transvulcania mil
veces, pero la realidad siempre supera a la ficción...
...I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E!!!!
Dedicar un simple párrafo en mi crónica de la carrera (que estará disponible en unos días) hubiera sido
insuficiente e injusto, porque lo que ocurre allí no se puede describir con
palabras, hay que vivirlo.
Ya el día antes la isla es un hervidero de camisetas finisher de las pruebas
más importantes del planeta. Zegama, MontBlanc, Transgrancanaria...corredores
de prácticamente todo el mundo conviviendo en apenas unos kilómetros cuadrados
con un brillo especial en los ojos, sabedores de lo que van a vivir.
Y es que desde las 6 de la mañana hasta bien entrada la noche prácticamente
la isla bonita entera está dando ánimos sin parar a todos y cada uno de los
participantes. Llevo poco en este mundo (tal vez mi alucine en parte sea por eso, o tal vez no y eso explique por qué las grandes estrellas vuelvan religiosamente cada año) pero nunca vi algo parecido, ni
siquiera similar, en el resto de las carreras en las que he participado durante
estos últimos dos años. Te hacen sentir como una especie de héroe...y además consiguen que
parezca que estás corriendo por la puerta de tu casa con esa cercanía y
amabilidad única.
-¿Eres de la península?
-No, de Gran Canaria, señora.
-¿De Gran Canaria? Ah, de Gran Canaria... pues de aquí, de La Palma.
Es solo un ejemplo de los muchos que viví.
Si me tengo que quedar con un momento...el paso por Los Canarios es
sencillamente alucinante. Todo el pueblo en la calle volcado con los
corredores, apenas dos metros para pasar y cientos de personas a cada lado de la
vía aplaudiendo y animando. Es una cuesta con bastante desnivel, pero no te das cuenta, literalmente te llevan en volandas. A las 6:30 de la mañana. ¡Chapeau!
Pero es que desde las 5 los accesos a la salida en el Faro de Fuencaliente
están colapsados por el público, y en el Refugio del Pilar tampoco cabe un
alma...ni en el puerto de Tazacorte...los hay que se imprimen la lista de
inscritos y te animan por tu nombre, otros que literalmente te empujan hasta la
meta, nadie escatima un "ánimo campeón que vas muy bien", miles de
niños a ambos lados de la carretera te ofrecen sus manos para que las choques
con las tuyas...¡Yo creí que eso era solo a Kilian y los top ten! Y muy raro es
la casa abierta de par en par que no te ofrezca agua fresca, clipper, un plátano
o una buena ducha bajo una manguera. ¡Hasta los coches a los que obligan las
fuerzas del orden público a parar mientras cruzas tocan sus bocinas en plan
festivo y te insuflan energía! Esos conductores, en cualquier otro lugar del mundo te miran como
diciendo "Ahora tengo que pararme porque la panda de locos estos tienen
ganas de correr..."
¿Y la llegada a Los Llanos? Eso es el no va más. Un último kilómetro donde
pasa todo el sufrimiento y eres capaz de correr cuando ya no hay fuerzas. Te
llevan ellos, desde las terrazas de los bares, las azoteas, la avenida...más
niños chocándote las manos, más padres alentándote, voluntarios que con una
sonrisa se esfuerzan en que no te falte de nada...tienes una isla entera detrás
empujándote a la meta.
El día siguiente es una dulce resaca de polos finishers que inundan calles,
aeropuerto y puerto, caras de satisfacción y despedidas. Miradas cómplices de
"lo conseguimos" y de "no pasa nada, el año que viene lo volvemos a intentar".
Y para terminar, nos vamos a casa y el capitán del barco, tras comentar el
estado de la mar, nos felicita por megafonía y nos hace saber lo orgulloso que
está de llevarnos.
Un millón de gracias y hasta pronto, Transvulcania.
Se me ponen los dientes largos al leerte. habrá que apuntarla en el calendario de forma seria. Felicidades de nuevo.
ResponderEliminarMuchas felicidades Angel y gracias por este relato , una muestra mas del cariño de los palmero a sus visitantes, ahora espero ansioso a que nos cuentes tu "CARRERA" tu paso por la Transvulcania
ResponderEliminarEs simplemente impresionante. No se ni como describirlo, pero es un recuerdo que durará toda la vida...
ResponderEliminarIncreíble lo que cuentas, dan ganas de ir pero aún me queda para una ultra
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