martes, 18 de octubre de 2016

El precio contra la ilusión.

Hoy he visto en una web online de venta de material deportivo una playera que tenemos en Solorunners a un precio inferior a nuestro coste. Buceando un poco por la red, he visto unos pocos casos más del mismo tipo y, por normal general, el coste final para el cliente en la mayoría de artículos era algo inferior al nuestro.

Ante todo, esto no es una crítica a dichos comercios, de hecho, eso no quiere decir que nosotros mismos no tengamos algún día tienda online, al contrario, nos encantaría, pues son muchos los amigos de otras islas que nos piden ese servicio. Simplemente, sería un añadido.

“Precios imbatibles…compra al mejor precio…” y frases similares puedes encontrar en cuestión de segundos en decenas de páginas de internet de calzado deportivo.

Ya era así antes de decidirnos a abrir Solorunners. Por lo cual ni me quejo ni casi que me molesta. Es más, creo que nos diferencia. Y me explico:

Nunca he visto al Señor Wiggle animando a los corredores que confían en tus productos un sábado lluvioso a las 8 de la mañana en una montaña perdida. Ni tampoco preguntándoles que tal les fue la última carrera o que reto se están preparando. Ni he visto al Señor Wiggle explicándole a un corredor  que playera le puede venir mejor, preguntándole si se ha lesionado recientemente, su peso, su forma de correr, el uso que les va a dar, mirando la suela de la anterior… Tampoco felicitándole por sus resultados o mirando en internet como ha quedado en la carrera el cliente amigo que estrenaba playeras ese día. Ni mucho menos, he visto al Señor Wiggle exigiendo mejoras en algunos parques de la ciudad, con una "jose" (hoz en la península) recuperando un camino perdido, donando zapatillas o ayudando a carreras modestas a salir adelante. Lamentablemente, los impuestos que pague el Señor Wiggle tampoco se van a dirigir a tales causas.

Pero, sobre todas las cosas, el Señor Wiggle nunca verá la cara de ilusión de un corredor que afronta su primera ultra, o de un novel que viene con miles de preguntas porque se ha apuntado a su primera carrera, o escuchar a una señora decir que ya no le duelen los pies gracias a la playera que le has recomendado, o a otro chico que viene a darte las gracias porque los geles le sentaron genial en su maratón y bajó su tiempo.
Afortunadamente eso lo vivimos a diario nosotros, como también Quique en Running Project o Fernando en Arista.

Y por eso abrimos un día tras otro, porque somos corredores, nos lo pasamos pipa, nos encanta nuestro trabajo y ver a corredores cumpliendo retos y sueños. Y mientras eso sea así y sepamos transmitirlo, estoy seguro de que a cualquiera le compensará la pequeña diferencia, porque, realmente…no hay comparación entre un trato cercano, amigable y personalizado donde palpar el producto, hablar del mundillo y hasta tomar un café a la fría pantalla del PC.

4 comentarios:

  1. Todo eso está muy bien sobre el papel. La realidad no es mínimamente plasmada, mucho menos cuándo con iniciativas cómo la de proyecto hermes, la de patrocinar a gente que no puede permitirse un equipamiento deportivo de calidad debido a su bajo estatus económico, en la que para poder participar y asegurarse una prueba final debías dar 600 euros, ya que el resto de competidores llegaron a esa fría cantidad. Dices que lo que importa es el trato que das, pero ¿de que sirve si luego a la hora de la verdad se te nublan los ojos cuándo ves uno de esos de color verde (dinero)? En sus bases de concurso como el del ejemplo, decían que el poder adquisitivo era irreverente no influenciable, tan poco influenciable fue que cada uno de los finalistas debió de gastar 600 euros o 500 para participar. En fin, defendemos ideales que no cumplimos.

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    1. Muchas gracias por escribir y comentar, (aunque sea de forma anónima y en la sombra, pero es lo que tiene internet).
      Permitame aclararle que el Proyecto Hermes no consistía en patrocinar a gente que no pudiera permitirse equipamiento, no era una beca, sino que trataba de premiar la fidelidad de los clientes y darles la oportunidad de correr gratis. Es decir, como hace cualquier empresa con su tarjeta de fidelidad, por ejemplo, como bien sabrá, Decatlhon.
      Aun así, para equilibrar un poco a todos los interesados en participar y que no primara el aspecto económico sobre todas las cosas, se decidió poner un máximo, un tope, de 600€. Lo dicho, un máximo, nunca un mínimo, sino todo lo contrario.
      No había que gastar 600€ ni de lejos, es más, hubieron finalistas que llegaron a la final habiendo gastado 50€ en todo el año, que era el mínimo exigido.

      Sin más, reciba un cordial saludo y gracias por su participación.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. No esta para nada de acuerdo señor anónimo. Creo, y Ángel lo explica muy bien, el proyecto Hermes era una fidelización/recompensa a todos/as los clientes que durante un año depositaron su confianza en Solorunners Gran Canaria. Eso entiendo yo leyendo las bases del mismo. Lo realmente triste son los casos, y los conozco de primera mano, que se aprovechan de promociones pensadas para colectivos de bajo poder adquisitivo, como por ejemplo las inscripciones solidarias de la Transgrancanaria o las que Solorunners también dispuso de Teror Trail, y estas se las arrebaten individuos "abonados"...pío,pío. En fin, imposible satisfacer a todos y todas...estoy contigo amigo anónimo "defendemos ideales que no cumplimos"

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