Últimamente, ante el gran auge, -yo mismo lo considero una
nueva burbuja- de carreras, tanto por montaña como asfalto, empieza a surgir el
debate acerca de si las organizaciones empiezan a matar lentamente a la gallina
de los huevos de oro con precios abusivos. Esto ha ocurrido muy recientemente y
de forma airada con la Gran Canaria
Maratón y también son muchos los que claman ante el precio de inscripción
impuesto para participar en The North Face Transgrancanaria. La pregunta está
en el aire. ¿Son baratas las carreras a las que nos apuntamos?
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La pela es la pela... Analicemos. |
Sin embargo, no es la intención de esta entrada indagar en
ese debate, sino extrapolarlo, e incluso relativizarlo con respecto a otras
competiciones masivas en nuestra región, como por ejemplo los rallyes, deporte
con mucha solera en Canarias y que aglutina a cientos de miles de seguidores.
Tomemos al azar dos pruebas que puedan ser “paralelas” o “similares”
(siempre entrecomillado) en cada disciplina y hagamos una comparativa entre
ambas. En este caso seleccionaremos la Haría
Extreme y el Rally de Lanzarote, pues ambas tienen en común
la isla en la que se desarrollan y son valederas para el Campeonato de Canarias
de su especialidad.
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Cartel Rally Isla de Lanzarote. |
Precio de inscripción: 300€. (600 si no
aceptas la publicidad corporativa).
Incluye: Trofeos para los primeros y por categoría. Seguro
obligatorio. Dispositivo de seguridad y emergencias. Es posible que la
organización pueda conseguir adicionalmente ayudas para el transporte a pilotos
de otras islas y descuentos en algunos alojamientos.
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Cartel Haría Extreme |
Precio de inscripción: 30€. (40 para no
federados y 20 si resides en Haría).
Incluye: Trofeos para los primeros y por categoría. Seguro
obligatorio. Dispositivo de seguridad y emergencias. Cena de la pasta
pre-carrera. Camiseta técnica de la prueba. Comida final para corredor y
acompañante. Desplazamiento Aeropuerto-Haría-Aeropuerto. Inscripción en la
carrera infantil y comida para los hijos de los inscritos, con acceso a
hinchables y atracciones. Sorteos. Avituallamientos en carrera. Diploma
Finisher. Duchas y Vestuarios post-carrera. Masaje. Descuentos en compañías aéreas
y navieras. Apartamentos y Casas rurales con precios exclusivos para
participantes e incluso alojamiento gratuito (con saco de dormir, eso sí) en el
Pabellón Municipal.
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Luis Alberto Hernando, ganador de la Haría Extreme 2012. (Foto Carlos Díaz-Recio) |
Queda claro que la infraestructura que mueve un rally, con cortes
de carreteras, seguros, dispositivos de seguridad y personal, es mucho más amplia
y costosa que una “simple” carrera a pie, más si cabe cuando los gastos de
inscripción son por dos personas (piloto y copiloto) y no una, pues la figura
de copiloto trailrunner todavía no se ha inventado. Pero por otra parte la
mayoría de costes en un evento automovilístico, a diferencia de una prueba de
trail, son fijos, por lo que una vez alcanzado el punto muerto de gastos, estos
quedan casi en segundo plano y a partir de este el número de inscritos pasa a
ser casi beneficio puro y duro.
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En ambos deportes podemos disfrutar de paisajes increibles. (Foto Roman Aguiar - Motor Directo). |
¿Conclusión? Esto tiene mil aristas de diversa índole que
prefiero no sean objeto de esta entrada. Que cada uno saque la suya, imagino a
muchos trailrunners relativizando gastos (por 30 euros tener acceso a
avituallamientos, dos comidas acompañante incluido, masajes y prenda finisher,
intangibles a parte, creo que es bastante razonable), y en cambio me figuro a
compañeros del motorsport “calientes como un macho echando espuma por la boca”
comparando servicios. Tal vez esta sea la razón, unida al gran ambiente que se
respira, de que cada vez me encuentre a más conocidos de las cuatro ruedas
participando en pruebas de running o Mountain Bike, y explique el retroceso que
se empieza a notar en los rallyes.
La última reflexión personal que me hago es la siguiente:
¿Sería mucho gasto añadido a las organizaciones de los rallyes, aumentar la
cuota en 30 euros –precio de la inscripción de la Haría Extreme- y dotar a sus
pruebas de todos los servicios arriba mencionados? Seguro que con imaginación,
pese a subir la tasa, conseguirían tener un detalle que muy pocas veces, por no
decir nunca, se le ha ofrecido a los pilotos de nuestra tierra, diferenciándose
del resto de pruebas y dejando un sabor de boca y camaradería único.
Ahí lo dejo…
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