jueves, 3 de abril de 2014

Sobre los riesgos y enemigos del Trail Running.


Cuando vamos a correr por el campo muchos peligros nos acechan constantemente. Desfallecimientos, caídas, torceduras de tobillo, golpes de calor, extravíos... sobre todo ello y como prevenirlos se han vertido innumerables ríos de tinta, pero hay otros riesgos totalmente ajenos a la voluntad del trailrunner contra los que poco podemos hacer más allá de cerrar los ojos, apelar a la suerte o al dios que mas convenga. Son los siguientes:

7. Animales muertos:
Vas corriendo tranquilamente por el bosque, que paz, que estado tan zhen. De repente un olor extraño empieza a invadirlo todo, huele muy mal, como a muerto...y ahí aparece el pobre animal yaciendo sin vida en el suelo. Muy desagradable. También está la versión que no avisa, esa que te da un susto de muerte, te obliga a dar un salto que ni Serguei Bubka para esquivar a la pieza...y te deja un mal cuerpo de aupa durante varios kilómetros.

6. El mas allá...
Salida nocturna en grupo, correr bajo la luna llena, idílico escenario, pero te despistas un momento, te quedas solo, oyes un ruido, alumbras con el frontal...y algo brilla. ¿No era este sitio en el que mataron a la chica aquella? Tranquilo, solo son los ojos de un gato, pero el susto que te has vuelto a llevar y las paranoias que han pasado por tu mente no te las quita nadie.
Tampoco te pongas así, que seguro que alguna vez corriendo por la noche como alma que lleva el diablo, te has encontrado en un algún paraje un coche aparcado que alberga en su interior el amor más primitivo de una pareja de enamorados. ¿Sabes el susto que has hecho pasar a esos muchachos? Tu, ya en caliente, conservas la dureza en  cuadriceps y en todo el tren inferior, pero... ¿Estarán igual los músculos del chaval un poco más arriba?
¿Existirá la chica de la curva versión trail running?
5. Animales salvajes:
Volvemos a la fauna. Peor aun que encontrártelos muertos es toparte de frente con un animal vivo. Hablo de un lobo, un oso o similar. En Canarias, por suerte o por desgracia, no convivimos en los montes con estas especies, pero ojo, que la  "Lampropeltis getula californiae", mas conocida como Serpiente de California, le ha cogido el gusto a Gran Canaria y ya se cuentan por miles las que habitan entre nosotros. Es inofensiva, pero yo prefiero no encontrármela. Cabe mencionar también la desagradable compañía de pulgas, garrapatas e insectos varios, sobre todo cuando se animan a volver con nosotros a casa.
¿Y a esta quien la invitó a Gran Canaria?
4. Los maleantes:
Y volvemos también a las paranoias. Corres por el campo en soledad y en un recóndito lugar observas a dos tipos sospechosos. ¿Que es ese bulto que están manipulando? Reza para no ver algo que no deberías haber visto...  (esta es muy rebuscada e irreal, pero quien sabe...).
Y toda moneda tiene su cara y su cruz, ahora eres tú otra vez el enemigo. Mismo escenario pero esos tipos son dos amigos de las hierbas relajantes que te confunden con el seprona. ¿Y el susto que les has dado qué?
Mejor no encontrarte con este y sus secuaces por el monte.
3. Los bikers:
Los senderos son de todos, vas subiendo a tu ritmo cuando baja a toda velocidad un compañero con una Mountain Bike haciendo descenso. No te ha llevado por delante de milagro, pero el ritmo ya no lo recuperas tan fácil. No te pongas así, a el también le has estropeado la bajada. La situación se complica cuando llevas puesto el MP3.
Arrímate chucho que te paso por encima!!
2. Cazadores:
Entro en terreno pantanoso. Son un colectivo muy fuerte y poderoso, incluye, como sabes, al Rey de España, varios ministros y decenas de los hombres más ricos e influyentes del país. Además tienen mayor número de licencias registradas que cualquier federación de montaña. Ni a ellos, lógicamente y porque tus movimientos espantan a sus presas, les apetece que estés ahí, ni tu terminas de fiarte de sus armas. Sumas kilómetros y escuchas disparos, cada vez más cerca, tanto que llegas a pensar... ¿Y si me confunden con un conejo? Milagrosamente hasta hoy no se han registrado accidentes. Toquemos madera.

¿Te he asustado? Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir. (Leer con voz campechana)
1. Los perros sueltos:
Y el enemigo por excelencia, el peligro número uno del Trailrunner es el perro suelto, o mejor dicho, el dueño del perro, si lo hubiera. Nuevamente tu corriendo tranquilamente por ese sendero alejado del mundanal ruido, justo el mismo en el que alguien ha pensado "por aquí no pasa nadie, voy a soltar a Tyson, mi Rottweiler con pedigrí de 55 kilos y dientes afilados para que corra un poco a su aire". Pero claro, no ha contado con tu presencia, y el perro tampoco, que viene ¿cariñosamente? a saludarte.

Y estos son algunos de los peligros que entraña practicar nuestro deporte. Algunos descritos en plan tragicómico y otros más cercanos a la realidad. ¿Te has visto en alguna de las situaciones anteriores? ¿Y en otras similares? ¿No habías reparado en alguna y ahora te da respeto? Para todo ello, lo mejor siempre es salir con alguien más, así tendrás menos posibilidades de recibir un tiro, de que te atropelle una MTB o de que te muerda Tyson.


;)

6 comentarios:

  1. Que buena entrada. Realmente lo peor de lo peor son los perros, eso es lo que me cojona de salir solo. Vas tan tranquilo y te encuentras de cara un jodido perro rabioso. Buscas a ver si está el dueño y ...no está. Piensas, este hijoputa se habrá comido a su dueño. Te paralizas, pones cara sonriente y sigues por un lado a ver si el puto perro te perdona la vida.

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  2. La verdad que lo que mas acojona es lo de los perros sueltos, por suerte los que se han acercado con el afán de "saludarme" no pasan de la altura de la rodilla

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  3. Me molesta un poco lo de las bicicletas porque más de una vez han estado a punto de llevarme por delante, y eso tiene que doler que no veas. Y por supuesto lo que más miedo me da es lo de los perros sueltos, tenga dueño o no. Lo he pasado mal un par de veces y es el único motivo por el que dejaría de correr por la montaña solo...

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  4. Pues te faltan los moteros que destrozan las sendas con sus ruedas de tacos.

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  5. Muy buena entrada, Ángel!!!!! Te doy toda la razón, #JulioBel, hace poco andaba yo por la zona de los Tajinastes Azules (El Rincón de Tenteniguada) y subían dos tipos en sus cabras motorizadas. Les dijimos "Oye, por aquí no se puede subir en moto!!". Su respuesta: "Sí, sí, ya, gracias!". o_0 ¿"Sí, sí, ya, gracias"? Lástima no haber tenido una placa en la cartera (si ser rápido sacándoles la foto a las matrículas). Lo que sí es verdad es que a partir de ese sitio, el sendero había cambiado mucho desde que nosotros habámos subido una hora antes. Ya el suelo no era firme, estaba descarnado y lleno de piedras.
    ¡¡Lo de los perros es la leche!! Yo, cuando me los encuentro, procuro ignorarlos e incluso me doy una palmada en el muslo y les invito abiertamente a que vengan conmigo. Un día, un mil leches, se vino y todo!! Cómo subía el cabrón!! XDDD

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  6. Los perros sin duda, aquí en Lanzarote no hay ningún bicho peligroso, pero los perros tela ............ y bueno, una vez me encontré un grupo de quads y coches buggies en plan Mad Max ........ en mitad de un camino, son de un club de por aquí que alquilan a los turistas para darles un paseo, pero la primera impresión te deja muy mosca :)

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